PROBLEMA GORDO EN LA PROVINCIA
Tres de cada diez chicos bonaerenses son obesos. Así lo confirmó un reciente relevamiento del Ministerio de Salud y la Dirección de Escuelas. La comida chatarra, las golosinas, y el exceso de carbohidratos son los culpables.
La obesidad ataca a todas las clases sociales: en los pobres porque comen con exceso hidratos de carbono y en los sectores medios y altos porque consumen comida "chatarra" y demasiadas golosinas, indica el estudio.
La experiencia piloto de alimentación saludable se realizó entre los alumnos de la Escuela Anexa Joaquín V. González, que depende de la UNLP: no sirven comidas fritas, el postre es una fruta de estación y no venden chicles, golosinas o "chizitos", para ayudar a que los chicos cambien sus hábitos.
La consigna es que los alumnos aprendan a reemplazar alimentos que no aportan nutrientes, como hamburguesas y salchichas, por otros que sí lo hacen y que son de fácil preparación, y también son concientizados del valor nutricional que deben proporcionar al organismo.
Además, expertos argentinos y extranjeros analizaron en un encuentro en La Plata el aumento de la obesidad infantil en América Latina y expusieron un método nuevo para determinar con gran precisión la grasa corporal, lo que permite aplicar la terapéutica más adecuada en cada caso.
¿El por qué? Una especialista atribuyó ese fenómeno "a la migración interna hacia las grandes ciudades, el cambio de hábitos alimentarios por influencia de costumbres occidentales y el sedentarismo".
"Lo que estamos haciendo en nuestra región es un programa de intervención en escuelas que apunta a modificar los planes de estudio para introducir en la currícula, desde primer grado, la temática de la alimentación saludable", le explicó Karem Schlosser a Télam.
El programa busca además "fomentar a toda costa la actividad física". Lo que pasa es que debido a "la inseguridad y los entretenimientos caseros, es común en todos nuestros países que los niños ya no jueguen en las calles ni en plazas y parques y se queden en sus casas bajo el cuidado de sus padres", lanzó.
Para atenuar el incremento de la obesidad infantil, la especialista destacó las bondades del método que permite medir la grasa corporal y el gasto energético para después suministrar una dieta nutritiva.
"El método consiste en darle al niño una dosis vía oral de deuterio (isótopo) y luego en un espectrómetro de masa se mide lo que ocurre en el organismo", explicó Gabriel Tarducci, a cargo del área de actividad física y balance energético del Programa de Prevención del Infarto (PROPIA), organizador de las jornadas.
Una vez obtenidos los resultados, mediante ecuaciones matemáticas se puede conocer con precisión la cantidad de grasa corporal y el gasto de energía que tuvo el niño.
"Los datos pueden traducirse en recomendaciones alimenticias para el tratamiento de la obesidad", dijo el investigador.
André Freitas, de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil), también sostuvo que en "en toda América Latina hemos pasado en los últimos años, especialmente en las grandes ciudades, de un problema de desnutrición a un problema de obesidad y llegamos al registro de que entre el 15 y 20% de los niños en edad escolar tienen sobrepeso".














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